Sean fue diagnosticado con autismo y con un «desorden no verbal del aprendizaje». Junto con estos diagnósticos, sus padres recibieron una prognosis atemorizante. Pero cuando Sean tenía 11 años, ellos escucharon sobre el trabajo de Los Institutos.
Cuando Sean nació, estaba pálido y presentó problemas respiratorios de inmediato. Los médicos se dieron cuenta de que sus pulmones estaban llenos de líquido. El bebé tuvo serios problemas para respirar en su primera hora de vida, mientras los doctores se afanaban por limpiar sus pulmones. Sean requirió ser medicado. Tenía un tono muscular pobre, y fue un bebé con muchos problemas de cólicos.
Si bien estos primeros meses no fueron fáciles, la condición de Sean pareció mejorar, y sus padres creyeron que se estaba desarrollando normalmente, como cualquier otro niño. Sin embargo, cuando Sean comenzó la escuela, mostró dificultad para mantenerse a la par de otros niños. Ya para el cuarto grado, su maestra les dijo a sus padres que Sean era muy desorganizado y que tenía gran dificultad en los proyectos escolares. También tenía problemas sociales en su clase. La lectura y la escritura eran muy difíciles para él. Sean simplemente no podía alcanzar el nivel de sus compañeros.

Buscando respuestas para Sean, sus padres asistieron al curso Qué hacer por su niño con lesión cerebral. Cuando ellos llevaron a Sean a su primera cita en Los Institutos para ser evaluado, manifestaron su preocupación de que él no estaba leyendo y escribiendo al nivel de su edad, su comprensión era inferior a la de los niños de su clase, y su comportamiento no era propio para un niño de su edad. Ellos reportaron que su lenguaje no era tan bueno como el de su hermano, dos años menor que él.
En cuanto volvió a casa, Sean y sus padres se pudieron a trabajar en el programa diseñado para él en Los Institutos. Este incluía un programa físico de gateo y arrastre, un programa de lectura, un programa integral de nutrición, y estimulación táctil.
Sean era un pequeño altamente inteligente, pero tenía dificultad para leer porque tenía problemas visuales que le impedían usar sus dos ojos juntos para converger adecuadamente. Este problema neurológico hacía que la lectura y la escritura fueran muy difíciles. Los padres de Sean aprendieron cómo crear materiales de lectura para él, de manera que pudiera leer con facilidad mientras se atendían sus problemas visuales. Esto le permitió a Sean progresar en su lectura, escritura, y en sus materias escolares.
Sean mejoró intelectual y físicamente. Se volvió físicamente excelente con su intenso programa físico. Comenzó una excelente y nutritiva dieta de comida fresca y sana, y su salud mejoró significativamente. 
Una vez que Sean tenía mejor coordinación, y que estaba más fuerte y saludable, les dijo a sus padres que disfrutaba mucho de la actividad física. Comenzó a hacer gimnasia olímpica como parte de su programa de tratamiento, y muy pronto alcanzó el nivel necesario para participar en competencias. en uno de los primeros eventos, él logró colocarse en los 10 mejores competidores en el caballo.
El niño que solía tener problemas de lectura ahora era un ratón de biblioteca. Sean estaba ya leyendo de 75 a 100 páginas diarias con facilidad. Su velocidad y comprensión lectora estaban ahora al nivel de su edad. Sus matemáticas y escritura habían mejorado también.
Por otro lado, Sean se hizo independiente en todos los aspectos de la vida diaria. Ahora él podía completar su programa de tratamiento por sí sólo. El podía planear y preparar sus comidas diarias, hacía su propia lavandería y ayudaba en el cuidado de sus hermanos menores. Ahora Sean tenía doce años y tenía más madurez y responsabilidad que otros niños de esta edad. 
Sus padres sintieron que Sean estaba listo para regresar a la escuela, a la edad de 12 años. Esta fue una transición importante; el ver si Sean sería capaz de tener éxito en el ambiente donde antes había tenido tantas dificultades sólo para mantenerse a la par de otros niños. 
Desde que regresó a la escuela, Sean ha hecho un maravilloso trabajo académico. Ahora está en el décimo grado y obtiene 9 y 10 en sus exámenes. Dos veces ha recibido mención honorífica. Ahora se ha convertido también en un excelente nadador de competencia.
Para Sean y su familia, ha sido un viaje asombroso. Sean logro saltar desde ser el niño que no podía con la escuela, sin importar lo duro que lo intentara, a ser el estudiante en la cima de su clase el día de hoy.