Encefalitis viral, después, coma: La pequeña Kirin casi lo perdió todo.

Contrario a todo pronóstico, ¿podría luchar por recuperarse?

Por Janet Doman

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Kirin a los 8 meses

 

Kirin perdió casi todas sus funciones y su pronóstico era sombrío.

Kirin era una niña sana hasta los quince meses cuando repentinamente enfermó y comenzó a convulsionar. Fue inmediatamente ingresada al hospital, haciéndosele una punción lumbar y una tomografía computarizada, diagnosticándosele una encefalitis viral.

Se le administraron anticonvulsivos sin resultados positivos, entrando en estado de coma por tres días. Al despertar, había perdido todas sus funciones excepto por el sentido de la vista y la audición. Su diagnóstico era sombrío.

Su padre recuerda, “El doctor me entregó a Kirin en mis brazos; ella no hacía nada. Sus brazos y piernas estaban flácidos y su cabeza no se mantenía fija. No presentaba movimiento alguno. El doctor dijo que eso era lo mejor que podían hacer por ella. Ella está viva- Yo quedé impactado.”

Desesperado por ayudar a su hija, sus padres encontraron y leyeron todos los libros que pudieron obtener de los Institutos y estudiaron cuidadosamente cada video disponible. A partir de su lectura y estudios, diseñaron y comenzaron un tratamiento para Kirin que comenzaron dos semanas después de lo sucedido en el hospital. Para ese momento, ella podía ver y escuchar pero estaba completamente inmóvil y carecía de funciones manuales.

Gracias al enorme esfuerzo de sus padres, Kirin pudo no sólo caminar sino que también, comenzó a hablar en pequeñas oraciones.

Kirin llevó a cabo un programa físico cada día en casa con sus padres.

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Kirin llevó a cabo un programa físico cada día en casa con sus padres.

Después de un mes en el programa, Kirin empezó a gatear y menos de cinco meses después del inicio del tratamiento en casa, comenzó a deslizarse lentamente. Tras seis meses, sus padres asistieron al curso ¿Qué puedes hacer por tu niño con lesión cerebral? En Kobe, Japón. Siguiendo el curso, regresaron a casa e intensificaron sus esfuerzos.

Un mes después de acudir al curso y menos de un año después de presentarse la enfermedad de Kirin, ella comenzó a caminar. Sus padres acudieron a los Institutos de Enseñanza en Tokyo, y habiendo pasado tres meses desde que Kirin fue llevada a Filadelfia para su primer cita. Gracias al enorme esfuerzo de sus padres, Kirin pudo no sólo caminar sino que también, comenzó a hablar en pequeñas oraciones. Fue capaz de tomar objetos y no había presentado una sola convulsión.

Seis meses después, la comprensión de Kirin estaba al nivel de la de sus pares y pronto estaba libre de medicamentos anticonvulsivos.

Antes de comenzar el tratamiento, Kirin tenía quince meses pero sus funciones equivalían a las de una niña de seis meses. Su diagnóstico era grave, poco claro, bilateral, presentando daño mesencefálico y cortical. Después de dieciséis meses de programa en casa, estaba funcionando como una niña de dos años, y tenía casi tres años. Había aprendido a gatear, deslizarse, caminar, hablar y leer. Podía asir objetos pero no podía usar ambas manos al mismo tiempo. Aún no podía correr y continuaba consumiendo anticonvulsivos.

El equipo de los Institutos diseñó un tratamiento doméstico que incluía nutrición, oxigenación y estimulación física e intelectual. Así mismo, iniciaron un detallado programa enfocado a la eliminación de los medicamentos anticonvulsivos. Seis meses después, la comprensión de Kirin estaba al nivel de la de sus pares y pronto estaba libre de medicamentos anticonvulsivos. Su programa en casa se extendió y sofisticó para ayudarla a ser capaz de correr, mejorar significativamente su coordinación manual e igualar o superar académicamente a sus pares.

Tras completar tres años de programa en casa, Kirin fue evaluada por los Instituos nuevamente. Kirin contaba con seis años para ese momento y leía libros varios grados por encima de sus compañeros. Escribía páginas completas de 100 caracteres a diario, e incluso comenzó a escribir poesía. Era capaz de correr 3.2 kilómetros (2 millas) ininterrumpidamente y pasar el pasamanos cincuenta veces al día, también comenzó a practicar gimnasia. Tenía mayor vigor físico que otros niños de su edad y tenía una buena salud. Tanto su comprensión como su lenguaje estaban por encima del nivel de su edad.

Kirin estaba lista para el reto de asistir a una escuela regular con estudiantes de su misma edad.

Kirin3Kirin corre 3.2 kilómetros ininterrumpidamente.

Sus padres y el equipo coincidían en que Kirin estaba lista para el reto de asistir a una escuela regular con estudiantes de su misma edad. y comenzar el primer grado. A lo largo del año escolar, recibió evaluaciones positivas en cada área y avanzó más que sus compañeros tanto en lectura como en escritura. Escribía en kanji mientras los demás escribían en hiragana. Ganó el premio de excelencia en escritura en dos ocasiones y comenzó a tocar el órgano eléctrico.

Físicamente, Kirin continuó bien; le encantaba saltar la cuerda, aprender a nadar, y continuó con la gimnasia. Socialmente, tenía muchos amigos entre sus compañeros y mantenía una buena relación con estudiantes mayores y menores que ella. Fue muy servicial, cuidadosa y divertida con los niños de preescolar. En sus reportes de progreso, los maestros de Kirin percibían que mostraba una importante disciplina, una actitud positiva y un esfuerzo para dar lo mejor de sí cada día.

Kirin4Kirin y sus padres en la graduación con la representante del equipo, Miki Nakayachi, y la directora, Janet Doman.

La primavera siguiente, Kirin se graduó del segundo grado con sus compañeros. Continuaron los éxitos en todas las áreas, sobresaliendo de entre sus compañeros en algunas áreas. Los Institutos reconocieron su sobresaliente progreso y Kirin se graduó oficialmente del programa de tratamiento intensivo.

Durante su educación secundaria, Kirin se unió al equipo de campo traviesa y era una buena corredora de velocidad; solía entrenar hasta altas horas de la noche a diario. En preparatoria no había un equipo atlético, así que se unió al club de fotografía, sus fotografías ganaron premios en su prefectura. Se mantuvo saludable y hacía un excelente trabajo. Ganó el premio de asistencia en la escuela.

Kirin-Today

Kirin viajó a Tokio y vive y se mantiene sola.

Actualmente, Kirin está en el primer año de Hotelería. Trabaja por las tardes en un restaurant de sushi para financiar su viaje a Tokyo y continuar su entrenamiento. Es la primera ocasión que ha viajado a una ciudad grande y vive y se mantiene sola. Continúa trabajando con empeño y logra sus metas pues jamás se rinde y logra todo lo que se propone. Hoy en día quiere ser organizadora de bodas.

Actualmente Kirin trabaja con empeño y espera por su vida profesional.

Cuando era niña su vida estuvo amenazada, perdió casi todo excepto la determinación y su fuerte deseo de luchar por reponerse. Sus padres se aseguraron de que tuviera la posibilidad de estar bien de nuevo. Ahora ella puede continuar su camino para alcanzar su potencial y disfrutar una vida llena de logros y contribuciones.

Bien hecho Kirin, bien hecho padres.

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Kirin y su trabajo artístico.

 

Acerca de Elisa Guerra

Blog de Elisa Guerra: Escritora, maestra y conferencista

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